Caral
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Ciudad Sagrada de Caral.
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Datos
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Cronología:
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3000-1800 a. C.
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Localización:
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La civilización
Caral o cultura Caral (fechada entre 3000 y 1800 a.
C.) es la expresión más nítida del surgimiento de las primeras sociedades
complejas en el área norcentral peruana. Esta área, de 400 por 300 km,
comprende los valles de la costa (Santa, Nepeña, Sechín, Culebras, Huarmey, Fortaleza, Pativilca, Supe, Huaura, Chancay y Chillón),
los callejones serranos deHuaylas y Conchucos junto con el altiplano de Junín, y las
cuencas de los ríos Marañón, Huallaga y
las cabeceras del Ucayali en
la selva.
En
el área norcentral peruana se conocía con anterioridad la existencia de
asentamientos precerámicos, a partir de los cuales se había planteado la
existencia de organizaciones sociales de nivel jefatural. Destacan los de La Galgada, en el callejón de los Conchucos, Piruro en el
Marañón, Huaricoto en el callejón de Huaylas, Kotosh en el Huallaga, Las Haldas en Casma, Los Gavilanes en Huarmey, Áspero en
Supe, Bandurria y Río Seco en Huaura y El
Paraíso en el
Chillón.
En
toda esta área destaca claramente el valle de Supe, ubicado en Barranca, Lima,
donde en apenas 40 kilómetros desde el mar, se han identificado 21
asentamientos monumentales de esa civilización, entre ellos la ciudad de Caral, de la que deriva el nombre de la cultura. La
civilización Caral fue contemporánea a Mesopotamia, Egipto e India, pero, a
diferencia de ellas, se desarrolló en completo aislamiento. Antecede en 1200
años, por lo menos, a la civilización Olmeca de Mesoamérica.
Actualmente
es considerada como la cultura más antigua de América y por su puesto del Perú,
superando a Chavín que en el pasado fue considerada como tal.
En
la cronología arqueológica, la civilización Caral corresponde al denominado
Período Formativo Inicial (antes Precerámico Tardío), c.2.900-1800 a.C.1 Aunque
en lugares como Valdivia,
en Ecuador,
se producía cerámica desde 4000 a.C., en Caral no se utilizó, por ello la
denominación de precerámica, aunque la doctora Ruth Shady, su
"descubridora", prefiere hablar del hecho de ser
"acerámica", como una característica fundamental pues al disponer de
una gran cantidad de mates (cucurbitáceas) que satisfacía esa necesidad, se vieron libres de
la alfarería.2
El
logro más impactante de esta primera civilización fue la construcción de
extensas ciudades, con edificios monumentales, construidos de una manera muy
ingeniosa con piedra, barro y materiales vegetales, en cestos tejidos y
cerrados con dimensiones y pesos muy variados (shicras) pero bastante
homogéneos para facilitar las labores de acuerdo a la fortaleza física de sus
albañiles y constructores. Las formas predominantes son las pirámides
escalonadas, las plazas circulares o semicirculares hundidas en los frentes,
con escaleras que daban acceso a la cima, donde se observan habitaciones y
espacios para rituales y ceremoniales.3 4
La
evidencia arqueológica muestra también una significativa producción agrícola de
algodón para redes de pesca y prendas tejidas en técnica torzal,5 así
como muy sofisticadas expresiones de arte musical en la confección de flautas
con figuras incisas de animales míticos que sugieren un carácter religioso.6
Las
diferencias de tamaño entre los asentamientos y sus edificios evidencian
jerarquía entre las poblaciones que los ocuparon, e incluso la existencia de una
organización política que hizo posible su construcción.
Los
arqueólogos conocían la existencia de sitios monumentales en el valle de Supe
desde principios del siglo XX (por ejemplo, Áspero fue
estudiado por Max Uhle en 1905 yJulio César
Tello en 1937, y
por Willey y Moseley en los 60's7 ).
La misma ciudad sagrada de Caral fue explorada en 1948 por Paul Kosok y Richard Schaedel, y publicada con el nombre
de Chupacigarro (tomado de una hacienda local) 17 años después, aunque ninguno
de los dos exploradores pudo determinar su antigüedad. Frederic Engel estudió el lugar en los años 70, e informó de
la naturaleza precerámica del sitio en 1987, sin embargo, sus afirmaciones no
fueron aceptadas por los arqueólogos, como puede verse en la literatura
arqueológica, hasta 1997.
En
1994 Ruth Shady inició una prospección en el valle de Supe,
con excavaciones en 1996, cuyos resultados publicó en 1997, afirmando
abiertamente la naturaleza precerámica de la ciudad sagrada de Caral, y de la primera civilización andina.8 Esta
afirmación fue nuevamente recibida con escepticismo y rechazo por parte de los
arqueólogos. Sin embargo, con el avance de las investigaciones, y nuevas
publicaciones,9 así
como las varias y sucesivas decenas de pruebas de radio carbono 14, quedaría
finalmente demostrada la antigüedad, originalidad y naturaleza acerámica de la
civilización Caral.
El Área Norcentral
Peruana, territorio formativo de la civilización andina
El
Antiguo Perú ha sido reconocido como una de las seis áreas del mundo donde tuvo
lugar el desarrollo indígena de la civilización, siendo una de las únicas dos zonas del Hemisferio
Occidental, junto con Mesoamérica, donde tal evento se desarrolló pero en forma
aislada una de otra por el espacio y el tiempo: los Olmecas aparecerán 1200
años más tarde que Caral. Lo cierto es que Caral-Supe ha ampliado el horizonte
de las civilizaciones complejas en la región peruana por más de una docena de
siglos. La cultura Chavín, ca. 900 a. C., durante mucho tiempo fue considerada la primera
civilización del subcontinente sudamericano y es aún citada como tal, de una
manera regular en numerosos trabajos generales.10 11
El
descubrimiento del Norte Chico ha cambiado el foco de atención de las zonas
altas de los Andes (donde Chavín, Wari, Tiahuanaco y los Incas tuvieron
sus mayores centros) hacia la Costa o
la región litoral. Caral-Supe se ubica en el área norcentral de la costa, a
aproximadamente 182 km al norte de Lima,
extendida aproximadamente hasta el valle de Casma hacia el norte y hasta el de Lurín por
el sur. Comprende cuatro valles costeños: Huaura, Supe, Pativilca y Fortaleza.
Los sitios conocidos se encuentran entre los últimos tres valles, que se forman
en una llanura costera común. Los tres valles principales cubren solo
1.800 km², y las investigaciones han enfatizado la densidad de los centros
poblados.12 La
costa peruana aparece como un candidato "improbable, incluso
aberrante" para el desarrollo "prístino" de la civilización,
comparado a otros centros mundiales.13 Es
extremadamente árido, lindado por dos sombras
orográficas (causadas
por los Andes al este y el anticiclón del Océano Pacífico por el este). De cualquier modo, la región es
cruzada por más de 50 ríos que transportan el agua de la cordillera, y el
desarrollo de la irrigación extensiva a partir de estas fuentes parece
ser decisivo en la emergencia de Caral-Supe.14 15 Todos
los yacimientos de arquitectura monumental fueron hallados cerca de canales de
irrigación.
El
fechado con radiocarbono hecho por Jonathan Haas y colaboradores halló
que 10 de 95 muestras tomadas en las áreas de Pativilca y Fortaleza dieron
fechas anteriores al3500 a. C.. El más antiguo, fechado al 9210 a. C.,
provee "limitadas indicaciones" del asentamiento humano durante el
Arcaico Temprano. Dos fechas del 3700 a. C. están asociadas con
arquitectura comunal, pero parecen ser anómalos. Es a partir del 3200 a. C. en adelante que aparecen claramente el asentamiento
humano a larga escala y la construcción comunitaria. Mann, en una revisión de
la literatura en el 2005, sugiere "algún momento antes del
3200 a. C., y posiblemente antes del 3500 a. C." como
fecha inicial del periodo formativo de Caral-supe. Su trabajo nota que la fecha
más temprana asociada con certeza a una ciudad es el 3500 a. C., en
Huaricanga, en el área norteña de Fortaleza, basado en las fechas de Hass.13
Caral, cuna de la
civilización andina
Los caralinos desarrollaron la actividad
cinegética. En la imagen, vértebras deballena azul usadas como asientos.
Se
ha planteado sobre Caral, que fue sede de una comunidad formada por varios
linajes y dirigida por los jefes o representantes de dichos linajes en donde
uno de ellos sería el Curaca principal y los otros sus contrapartes. Los
Curacas de estos linajes conducirían y organizarían la vida de los habitantes
de las diversas ciudades y pueblos contemporáneos a Caral como Áspero,
Allpacoto, Miraya, Kotosh y La Galgada entre otros. Todos ellos compartían una
misma tradición y formaron una amplia y bien organizada red de reciprocidad e
intercambio. Caral debió ser la cabeza de toda esta red.16
El
factor de integración social y cultural que mantuvo unidos a los habitantes del
valle Caral-Supe ha de haber sido la religión, que quizá se utilizó como un
medio de cohesión y coerción. La religión en esa época fue la política del
Estado para el control de la población, de la producción de bienes y su
circulación. Ello está representado en los grandes monumentos de carácter
religioso (las pirámides) con sus plazas, atrios y altares del fuego sagrado en
donde se llevaron a cabo las diferentes festividades del calendario ceremonial,
símbolo de su identidad cultural. Las periódicas reuniones y actividades
conjuntas como la renovación de las pirámides permitían el reconocimiento del
poder y fortalecían la identidad cultural. Sin embargo, ello ha de haber
gravitado de una manera no menos significativa en la generación de lo que
podríamos denominar una civilización de paz pues no se observan ni se han
encontrado armas ofensivas ni estructuras defensivas. En cambio, parecería ser
que el arte y el comercio fueron utilizados de manera pródiga para mantener la
producción económica de una manera activa y efectiva.17
Todo
lo anteriormente expuesto serviría de base para la ulterior civilización andina
en el caso de Wari, así como en los Quechuas del Cuzco, y están presentes en
Caral como los exponentes más antiguos de las principales instituciones
peruanas de la época prehispánica, tales como la reciprocidad (sistema de
intercambio y circulación de bienes y servicios), el calendario ceremonial
(ligado a la producción, el cultivo y la pesca) o la construcción y renovación
de los templos e infraestructura comunal, entre las más destacadas.
Manifestaciones
culturales
Una vista del valle de Supe, sede de la
civilización Caral.
Organización económica
La
sociedad de Caral formaba parte de una red de sitios que se extendían y
articulaban a lo largo de la cuenca del río Supe. En esta red había
asentamientos costeros y otros ubicados en zonas más altas (sierra); entre
todos ellos se dio un intercambio de productos (comercio de trueque), siendo la
Ciudad de Caral evidentemente el centro de toda esa red.18 Visto
así, se vislumbra la importancia que alcanzó la especialización, es decir, la aparición
de grupos especializados en determinadas actividades económicas.19
Pesca
La
extracción de productos marinos (pescado y mariscos) fue la principal
proveedora de proteínas. Se desarrolló principalmente en la localidad costera
de Áspero, desde donde se repartía el producto marino hacia
todos los asentamientos del valle. En Áspero se desarrollaron técnicas de
pesca, consistentes en el uso de anzuelos, cordeles, embarcaciones y redes de
fibra de algodón con flotadores hechos de mates y pesos confeccionados con
piedras anudadas.20
Se
vislumbra la importancia de esta actividad por la cantidad de restos de
especies marinas hallados en la ciudad de Caral. Destaca la presencia abundante
de la anchoveta; también capturaron sardina, jurel, lorna, corvina, cabinza,
pejerrey, bonito, róbalo, coco, cachema, machete, tollo; y recolectaron machas,
choros, almejas y conchas de abanico. También se han encontrado restos de
ballena azul y tiburón blanco.21
Agricultura
Los
hombres de Caral desarrollaron una agricultura intensiva en el valle de Supe.
Emplearon herramientas sencillas como palos y astas para cavar. Construyeron
también canales de riego muy simples que llevaban el agua del río hacia los
campos de cultivo. Las plantas alimenticias que cultivaron fueron: mate o
calabaza, achira, pacae, pajuro, maní, ají, guayaba, lúcuma, papa, pallar,
camote, frijol, palta y maíz. Y de especial importancia fue el cultivo del
algodón, cuya fibra aprovecharon en gran escala.22
Comercio
Los
pobladores intercambiaban su producto mediante el trueque: los del litoral,
brindaban sus productos extraídos del mar (pescado y mariscos), los de los
valles costeños, algodón y frutas, y los de las zonas altas, sus productos
agrícolas (cultivos alimenticios) y de pastoreo (camélidos). El centro de toda
esa red era indudablemente la Ciudad Sagrada de Caral.
Es
también evidente que dicha red se prolongó a lugares más lejanos, pues en la
zona de Caral-Supe se han hallado productos de la sierra (palos de lloque,
plumas de cóndor), la selva (congompe, pieles de primates, plumas de aves) y la
costa ecuatorial (spondylus). No solo intercambiaron productos materiales sino
también conocimientos y elementos culturales.23
Organización Política
Cada
asentamiento estaría representado por un autoridad o curaca,
además de los principales de sus ayllus o
grupos de familias; lo que constituiría el germen de una forma gobierno que
habría de prolongarse milenariamente en todas las sociedades andinas. La clase
dirigente se conformaba con recibir la tributación de los habitantes, tanto en
bienes como en prestación de servicios.24
Organización Social
Se
ha determinado que existía una gran diferenciación social, es decir, la
población se dividía en clases sociales, cada una de las cuales cumplían
determinadas funciones y estaban organizadas de manera jerárquica. Unos grupos
se encargaban de la planificación y la toma de decisiones (gobernantes y
sacerdotes), y otros de las tareas manuales, como la pesca, la construcción, la
agricultura, etc.25
Arte
Arquitectura
Los
ejemplos más relevantes de arquitectura monumental se dan en la Ciudad Sagrada
de Caral. Sus edificios principales son pirámides escalonadas o templos, hechas
a base de adobe y piedra; como elementos complementarios, se usaban troncos y
fibras vegetales. Son estructuras de diverso tamaño. El más imponente, tanto en
altura como en volumen, es el llamado Edificio Piramidal Mayor (o simplemente
la Pirámide Mayor de Caral).26
Las
paredes de la estructura piramidal están enlucidas con barro y pintadas de
blanco o amarillo claro, y, raramente, de rojo. Cada edificio tenía una
escalera central que conducía hacia la parte superior, donde se hallaban varios
cuartos. En el cuarto principal había plataformas bajas ubicadas en dos o tres
de sus lados, y en el centro, un fogón compuesto por un hoyo en el suelo,
recubierto con barro. Los indicios indican que el fogón tenía una función
ritual; allí se quemarían diversos alimentos como ofrendas.27
Escultura
En
Caral no se desarrolló la técnica alfarera (esto es, piezas modeladas en
arcilla y cocidas al fuego). Y es que, en la práctica, los caralinos no
necesitaban de cerámica pues contaban con mates de calabaza como recipientes,
cucharas talladas en madera y platos tallados en piedra.28
Aunque
si modelaban pequeños ídolos antropomorfos en arcilla, dejándolos secar al sol.
Estas estatuillas, que representan figuras masculinas y femeninas, se han
encontrado fragmentadas y formarían parte de rituales relacionados con la
renovación de los edificios y el culto de la fertilidad. A base de estas
representaciones se puede inferir la vestimenta, el tocado y el peinado de los
habitantes de Caral.29
Música
Se
descubrieron tres conjuntos musicales conformados por instrumentos de viento:30
·
Un
conjunto de 38 cornetas, hecho de huesos de huanaco y venado.
·
Un
conjunto de 32 flautas traversas, de huesos de cóndor y pelícano, con diseños
zoomorfos.
·
Un
conjunto de 4 antaras (flauta de pan), de carrizo e hilos de algodón.
Posiblemente,
la música acompañaba a las prácticas rituales.
Ornamentación personal
Los
caralinos se adornaban con collares de cuentas y dijes elaborados con conchas
marinas (como el choro y el mullu o spondylus), huesos de animales marinos, piedras
semipreciosas, minerales como la crisocola, andesita y rodocrosita. Muchos de
estos productos eran traídos desde regiones lejanas. Las conchas eran alisadas,
pulidas, y algunas veces grabadas con diseños sencillos, como el espiral. Otros
collares tenían plumas amarradas con hilos de algodón.31 32
Ciencia
Matemática
Es
evidente que contaron con conocimientos de aritmética y geometría, necesarios
para el diseño y construcción de sus edificios.33
Astronomía
Se
han encontrado evidencias de que los hombres de Caral contaban con
conocimientos de astronomía, que aplicaban en la elaboración del calendario,
relacionado con la celebración de festividades y otras actividades económicas,
religiosas y cívicas. Dichos conocimientos lo aplicaron también en la
orientación de los edificios públicos. Se han hallado, por ejemplo, geoglifos y
líneas esparcidos en las planicies desérticas, al lado de piedras talladas
dispersas; así como un recinto subterráneo originalmente techado, que parece
ser un observatorio. Es de destacar también un monolito o huanca hincado
en el suelo de una plaza pública, que habría sido un instrumento de observación
astronómica.34
Sistema de registro (quipus
En
la pirámide La Galería se ha halló un resto textil que ha sido interpretado
como un quipu,
el conjunto de hilos con nudos que los incas utilizaban como instrumento
mnemotécnico (es decir, como medio de conservación de información estadística o
mensajes para comunicarse). Sería pues, el más antiguo quipu hallado en el Perú
y evidenciaría la antigüedad milenaria de su uso. Como para corroborar el uso
del quipu en Caral, se descubrieron representaciones pictóricas de dichos
objetos sobre tres bloques líticos de las plataformas de la pirámide Menor de
Caral.35
Medicina
El
conocimiento médico está evidenciado por la presencia recurrente de plantas
medicinales, muchas de ellas halladas en contextos funerarios. Por ejemplo, son
numerosos los paquetes de tallos y hojas de sauce, usado contra los dolores de cabeza (es el mismo
árbol que contiene el principio activo de la aspirina).36
Tecnología
Tecnología constructiva
Los
constructores de Caral usaban la técnica de las shicras, bolsas hechas con
fibras vegetales y llenas de bloques de piedra, con las que rellenaban las
plataformas de los templos, colocándolos ligeramente separadas. De esa manera
lograban estabilidad en las estructuras. Al ocurrir un fuerte sismo o
terremoto, ese núcleo de shicras que hacía de base del edificio se movía con la
vibración, pero de manera limitada, pues las piedras eran contenidas en las
bolsas. Luego, las shicras se reacomodaban encontrando un nuevo punto de
estabilidad. La shicras tenían pues, una función antisísmica.37 38
Tecnología agrícola
Las
evidencias halladas indican que hubo grupos especializados en mejorar las
especies y el rendimiento de los cultivos alimenticios e industriales. Mediante
la experimentación y la manipulación genética de las diversas variedades de
plantas, se produjeron semillas mejoradas. Ello permitió la producción de
plantas con frutos de mejor calidad y tamaño, y más resistente a las plagas. Un
ejemplo sería el algodón, que pasó por un proceso de mejoramiento genético para
lograr una fibra más larga, variedad de colores (pardo, marrón, crema y beige)
y mayor rendimiento.39
Tecnología textil
El
desarrollo que alcanzó la textilería se evidencia por el hallazgo de cantidad
de semillas y motas de algodón. Con las fibras de este producto se tejían los
vestidos, que eran piezas llanas, sin decoración. Se empleaba la técnica del
entrelazado y el torzal. También elaboraron calzado, bolsas, sogas, redes de
pescar, cordeles, etc. Conjuntamente con la fibra de algodón se usaron las de
otros vegetales, como totora, junco, cabuya, etc.40 41
Religión
La
religión, como ya se ha dicho, debió ser el factor de integración social y
cultural que mantuvo unidos a los habitantes del valle Caral-Supe. La clase
dirigente debió ser la mediadora entre el grupo social que representaban y el
poder sobrenatural de los ancestros y dioses.42
Por
la monumentalidad de sus templos o pirámides escalonadas, la Ciudad Sagrada de
Caral debió ser el centro religioso de esta civilización. Allí debía afluir
gente venida de otros sitios del valle, e incluso de regiones más lejanas, para
participar de las ceremonias rituales. Estas tendrían como centro los fogones
de los templos, donde se quemaban ofrendas, que consistían sobre todo en
alimentos (peces y moluscos), algodón, cuarzo, mechones de cabello y otros
objetos. También se enterraban con carácter votivo estatuillas de arcilla
(previamente rotas), y conglomerados de vegetales